En España, según un estudio realizado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el 2019 vivían 6.104.203 millones de inmigrantes, lo que significa que el 12,9 % de la población en España no tiene nacionalidad española. En ese mismo estudio se determinó que en España viven 3.190.456 millones de mujeres inmigrantes, lo que supone un 52,26% de la población total de inmigrantes.
La feminización de la inmigración: orígenes y razones
La inmigración femenina ha fijado su residencia en España desde los años 90, mujeres sobre todo latinoamericanas, fueron las primeras en las cadenas migrantes familiares que vinieron a España a trabajar en el sector de cuidados y en servicio doméstico.
En los últimos 10 años la inmigración de la mujer ha aumentado en un 417%, lo que es uno de los cambios sociales más importantes acontecidos en España en la última década. Este aumento de la feminización de la inmigración se debe a la recesión económica del 2008 (la famosa crisis del 2008) cuando los hombres retornaron a su país de origen porque no había trabajo en España en el sector de la construcción; las mujeres pasaron a ser bastiones de resistencia ante la crisis y permanecieron en España, volviendo a considerarse las jefas del hogar tanto en España como en sus países de origen.
Las razones por las que emigran las mujeres siguen siendo económicas. Una gran mayoría de ellas vienen a trabajar en el sector de cuidados y servicio doméstico, ya sea como empleada de hogar interna, limpieza por horas o empleadas de hogar externas.
Los orígenes de las mujeres inmigrantes que fijan su residencia en España son principalmente de: Marruecos, Rumanía, Ecuador, Colombia y Argentina. Estas mujeres inmigrantes presentan necesidades y peculiaridades distintas, muchas veces lo único que tienen en común aparte de compartir género es enfrentarse a un país nuevo, unas tienen culturas totalmente distintas a las de España, también muchas tienen una enorme barrera como lo es el idioma.
Las vivencias de las mujeres latinoamericanas que llegan en avión son muy distintas a las temporeras marroquíes o las de subsaharianas a las que les espera cruzar durante meses varios países para llegar a España.
Todas las mujeres que vienen a trabajar en España sin papeles se enfrentan a la misma inseguridad jurídica pese a sus diferencias.
¿Por qué migran las mujeres?
Las motivaciones de las mujeres para iniciar un proceso migratorio pueden variar, aunque en su mayoría está relacionada con una mayor participación en el sector laboral, y nos encontramos los siguientes motivos:
- Mujeres que sustentan a su familia ellas solas y su familia figura como un matriarcado.
- Las que vienen por reagrupación familiar que se reúnen con su pareja de hecho o cónyuge en la que su familia constituye un patriarcado.
- Las que son reagrupadas por otros familiares.
- Las que huyen de guerras, violencia o discriminación de género.
- Las que vienen a estudiar buscando fortalecer su futuro profesional.
- Las que son obligadas a venir como víctimas de trata de personas por mafias debido a la situación económica de su país de origen.
Efectos de la migración femenina
Podemos ver que la feminización de la inmigración, dependiendo de cuál sea el motivo de las migraciones, puede tener un impacto de empoderamiento en las mujeres. Esto, gracias a la independencia física y económica que pueden adquirir en España y una elevación de la autoestima por ser percibidas por su comunidad como proveedoras de la familia.
Sin embargo, en algunos casos, cuando la estructura familiar es ejercida por el patriarcado, se pueden alterar las relaciones de género en la estructura familiar. Al seguir siendo las principales proveedoras de la familia, se sigue viendo al marido como el principal proveedor. Esto ocurre en un intento por mantener intactos los papeles y las responsabilidades asignadas a los hombres y mujeres en un determinado ambiente sociocultural. Así, se crea una disyuntiva por seguir viviendo como lo hacían en el país de origen o integrarse a las normas socioculturales del país de destino; esta inconsistencia produce a la mujer frustración, impotencia y humillación.
En el caso de mujeres que vienen a estudiar y tienen en su país de origen un determinado estatus social, en España pueden experimentar un dramático descenso de éste al que tenían en la sociedad de origen, al ocupar puestos muy por debajo de sus capacidades, expectativas y cualificación profesional, ya que muchas de ellas para poder mantenerse deben trabajar sin tener papeles en regla en trabajos no cualificados.
En el caso de las mujeres víctimas de trata de seres humanos, éstas ocupan un 95% si hablamos de explotación sexual respecto a los hombres. Según la EUROPOL, la segunda fuente de ingresos de la delincuencia por detrás del tráfico de drogas. Los profesionales de acción social desconocen la dimensión y antecedentes de la trayectoria migratoria de esas mujeres.
En el caso de las que son reagrupadas por su pareja de hecho o su cónyuge y sufrían violencia de género en su país de origen, se agrava su vulnerabilidad y que su situación migratoria depende de sus parejas, ya que existen roles sexistas, miedo a ser expulsadas de España, muchas tienen dificultades de comunicación debido al idioma.
Marco legal
Los derechos de las personas extranjeras en España se regulan fundamentalmente en la ley de extranjería para personas nacionales extranjeras de terceros países Ley 4/2000 y su Reglamento 557/2011. La feminización de la inmigración ha hecho que se incorpore la perspectiva de género en el Ordenamiento Jurídico. Se recogen avances en la reagrupación familiar, lo que ha permitido que las mujeres con autorización de residencia vinculada a sus parejas puedan en caso de violencia, conseguir una autorización independiente que no les impida dar el paso de la separación del agresor.
Desde la Asociación de Mujeres Juristas por la Inmigración (AMJI), esperamos que las mujeres se incluyan en otros marcos normativos como verdaderas protagonistas de su propio proceso migratorio, y existan sucesivas reformas legislativas regulando aún más en favor de las mujeres la reagrupación familiar de las familias monoparentales, las particulares de las mujeres víctimas de la violencia y la trata de seres humanos.