Entrevistamos a Rafaela Pimentel activista dominicana escritora del prefacio de la traducción al español del libro ¨Criada, Trabajo duro, sueldos bajos y la voluntad de supervivencia de una madre¨, el relato de Stephanie Land llevado a Netflix.

Rafaela es empleada de hogar y desde los años 90 dedica su tiempo a visibilizar y mejorar las condiciones de las personas que trabajan en el sector de servicio doméstico desde el colectivo Territorio Doméstico, también forma parte de  la Coordinadora Feminista 8M, y ha escrito el prefacio de la traducción al español del libro  ¨Criada, Trabajo duro, sueldos bajos y la voluntad de supervivencia de una madre ¨, el relato de Stephanie Land llevado a Netflix.

Rafaela, antes de nada decirte que estamos encantadas de que nos concedas esta entrevista, ¿podrías comentarme los motivos que te hicieron emigrar desde tu país de origen a España?

Me trasladé a Madrid hace 30 años a buscar a mi hijo que estaba aquí porque había venido con su padre, me prestaron dinero para realizar ese viaje y una vez aquí fui víctima de un robo. Mi idea principal era emigrar a Estados Unidos ya que tenía un hermano que vivía allí, pero tuve que buscar trabajo porque tenía que devolver el dinero que utilicé para el viaje a mis prestamistas en mi país de origen, República Dominicana, no tenía documentación en regla y empecé como empleada de hogar, empleo que junto a otros trabajos esenciales pero precarios son los que nos ofrecen a las personas migrantes.

¿Crees que ha cambiado el trato a las personas migrantes desde entonces? ¿Han cambiado las personas migrantes?

La visión en España de las personas migrantes ha cambiado poco, existen varios factores en la actualidad por lo que la gente emigra, relacionado con la economía, el comercio, por vínculos sociales, culturales, por tema de seguridad, pero nos siguen viendo como mano de obra barata y alguna agrupación política demoniza la inmigración. Las personas migrantes sí hemos cambiado, entendemos que debemos luchar por nuestros derechos y que estos derechos no sean vulnerados.

¿De dónde surgió la idea de la asociación Territorio Doméstico?

Territorio Doméstico surge de la unión de mujeres empleadas del hogar que al encontrarnos solas, sin familia, pasando las mismas adversidades, decidimos reunirnos en Lavapiés con otras mujeres (entre ellas mujeres españolas), allí migrantes y autóctonas hablábamos de feminismo, igualdad, sobre la situación de las personas migrantes y así surgió este colectivo que sirve de altavoz para los problemas del sector de las empleadas de hogar, como son: la inclusión de este en el régimen general de la Seguridad Social y el reconocimiento de nuestros derechos laborales.

Territorio Doméstico está compuesto por mujeres de 17 diferentes nacionalidades, nuestras demandas y exigencias son porque el 98% de las empleadas del hogar son mujeres, mayormente migrantes y las condiciones laborales a las que nos enfrentamos la mayoría en nuestro día a día son de una precariedad total. La falta de regulación estatal sobre el gremio, que se encuentra en un régimen especial, “supone un descontrol que conlleva a que muchas personas se aprovechen de la precariedad de estas mujeres”.

Además de tu militancia en el colectivo Territorio Doméstico y de  formar parte de la Coordinadora Feminista 8M,  has escrito el prefacio de la traducción al español del libro  ¨Criada, Trabajo duro, sueldos bajos y la voluntad de supervivencia de una madre ¨, el relato de Stephanie Land llevado a Netflix, ¿hay muchas personas como Stephanie en España? ¿Cómo te sentiste al haber sido elegida para escribir el prefacio de esa historia parecida a la que tú has vivido en carne propia?

Fue un gran privilegio que me escogieran para escribir el prefacio del libro, porque a parte de pertenecer a los colectivos que has mencionado y otros colectivos como Senda de Cuidados, era algo que no había hecho, al principio dije que no, pero luego me animé a hacerlo. En España hay muchas mujeres como Stephanie Land, el libro cuenta que ella tuvo que abandonar su ciudad natal para ir a la universidad y ser escritora, pero sus sueños se vieron truncados por un embarazo inesperado. Para poder subsistir tuvo que dedicarse al empleo del hogar, ya que como muchas mujeres en España, no tenía acceso a las ayudas, a la sanidad, tenía que vivir de cupones para alimentos, en viviendas proporcionadas por programas del Gobierno, pero que acababan en ser viviendas donde se vive por debajo del umbral de la pobreza, pero que nos deja un testimonio inspirador de fuerza, de constancia, de determinación.

Muchas mujeres al cuidar casas de otros descuidan la suya y sus propios cuidados, ¿Qué implica vivir en condiciones desfavorables cuando dedicas horas limpiando en casas de barrios más acomodados?

No solo limpiamos casas y cuidamos personas, nosotras gestionamos vidas de otras personas, dejamos nuestras vidas para gestionar la vida de otros, porque no dejamos de limpiar nuestras casas, dejamos de gestionar nuestra vida familiar, con nuestros horarios no podemos gestionar nuestra propia vida familiar y autocuidarnos de forma adecuada.

Se trabajan muchas horas y tienes que encontrar empleadores que valoren tu cuidado, pero eso es muy difícil de encontrar, yo me considero afortunada ya que trabajo en la misma familia desde hace 26 años y valoran mi trabajo. Tengo un hijo y cuando mi hijo era pequeño y estaba de vacaciones me lo podía llevar a los trabajos con las familias que a lo largo de este tiempo he trabajado, porque no tenía con quien dejarlo, los hijos de mis jefes jugaban con el mío y si salían a pasear mi hijo era uno más de la familia, por lo que en ese sentido soy afortunada.

Cuando un empleador o empleadora nos trata de forma digna lo celebramos, porque es algo escaso, ya hemos normalizado que nos traten fatal, muchas viven situaciones terribles como no poder hacerse una prueba médica, ya que si va tiene que pagar el día a otra compañera. Siempre decimos: ¨Querían brazos y llegaron personas¨, nos ven como mano de obra y cuando estamos enfermas o mayores no nos quieren.

En los últimos años ha subido considerablemente el salario mínimo  y la nueva reforma laboral aboga por los contratos fijos, ¿crees que en España se respeta el salario mínimo para las empleadas de hogar, así como las condiciones de un contrato de empleada de hogar?

La subida es un paso, por lo menos podemos exigir porque está regulado, pero en la subida del salario mínimo interprofesional, lejos de haber supuesto una ventaja para estas mujeres, ha sido una condena. A muchas les han recortado las horas y a otras les han echado porque pocas familias pueden permitirse pagar la cotización y un sueldo digno a la vez. Esto tiene consecuencias como no cobrar la baja laboral en caso de accidente o no tener pensión tras su jubilación.

Hay mujeres que siguen cobrando 600 euros trabajando de internas, aunque algunos sí respetan el pago del SMI.

La semana pasada se celebró en Madrid la Feria de Turismo (FITUR), muchos dicen que la principal fuente de ingresos como por ejemplo de República Dominicana es el turismo, ¿Ocupan las remesas de envíos de dinero de las empleadas de hogar a sus países de origen la misma importancia económica para nuestros países que el turismo?

El trabajo de muchas personas migrantes que estamos en distintos lugares y muchas mujeres que estamos realizando el trabajo de hogar y los cuidados y que a través de nuestras remesas somos las que estamos sosteniendo a nuestras familias, con nuestros envíos para pagar los servicios básicos, educación, salud, alimentación y ocio de muchas personas. Además con nuestro trabajo estamos sosteniendo el sistema de cuidados que está mal organizado en España y que muchas de las trabajadoras que lo hacemos apenas contamos con algunos derechos que muchas veces tenemos que seguir luchando para que se cumplan, seguimos exigiendo la ratificación del convenio 189 de la OIT que mejoría la situación de muchas trabajadoras. Y que este sistema sepa y entienda que el trabajo que hacemos muchas mujeres sostiene las vidas de la gente, pero no se reconoce su valor y sus derechos. El turismo aporta, pero está demostrado que las remesas de muchas y muchos dominicanas (os) son las que sostienen la economía de nuestros países.

Hablas de la lucha por la ratificación del convenio 189 de la OIT, ¿Se ha avanzado algo?

“Fruto de nuestra lucha colectiva”, “se aprobó un subsidio extraordinario para las trabajadoras del hogar, que fue concedido sólo a un 10%, dejando de lado a muchas mujeres que por diferentes circunstancias realizan su trabajo en el marco de la economía sumergida, abocándolas a la desprotección, riesgo de pobreza y exclusión social”.

Este “diminuto paso” quedó relegado al olvido porque, como bien se indicaba, era “extraordinario”; una excepcionalidad que sin embargo es “permanente en cuanto a las injusticias que padece este empleo”, que no por casualidad se caracteriza por estar “feminizado, racializado e invisibilizado”.

¿Qué tiene que cambiar?

Por la importancia que tiene ser empleada de hogar, es necesario regular nuestro trabajo para que no haya economías sumergidas. Muchas empleadas de hogar viven en condiciones desfavorables porque lo que ocurre en este sector es que, al estar en un régimen especial y muchas de forma irregular (aunque tengan papeles cobrando en negro porque no quieren pagar su seguridad social), se da un descontrol y unos se aprovechan de otros. Y tú, como empleada, no tienes manera de negociar con tu empleador: las empleadas del hogar somos muchas y nos sustituyen rápido. Nadie les obliga a que tú cotices, hay muchísima gente trabajando, no sólo mujeres migrantes. Y luego pasa lo que pasa: tienes un accidente y no cobras la baja laboral, o te jubilas y no tienes pensión. La gente no tiene interiorizado que si tienes a una persona en tu casa trabajando, tienes que pagar la Seguridad Social, es de sentido común.

Hay que cambiar y organizar el sistema de cuidados y el empleo de hogar que es a lo que aspiramos a que se hagan unas políticas públicas que valoren los cuidados y las personas que lo hacemos y que no seamos solo las mujeres que tengamos que hacer ese trabajo, si no que los hombres sean corresponsables en el sistema, para que poder tener una sociedad que ponga la vida en el centro.

2 comentarios en “Entrevistamos a Rafaela Pimentel activista dominicana escritora del prefacio de la traducción al español del libro ¨Criada, Trabajo duro, sueldos bajos y la voluntad de supervivencia de una madre¨, el relato de Stephanie Land llevado a Netflix.”

  1. Asociación latinoamericana Huelva para todos y todas

    Excelente visión y reivindicaciones.
    Gracias por ser el altavoz del sector que cuida la vida, y aporta grandeza humana y de valores.

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